jueves, 28 de enero de 2010

Se muere la cantaora

Mujer gitana. Juan Casado

La cara de blanca cera
Los ojos de pozo negro
Las manos desmadejadas
Y el pecho ya sin aliento
Se muere la cantaora
Se muere ya sin remedio
Que no hay rosas en su huerta
Ni caricias en su seno

Vuela, vuela cantaora
Que tu voz se lleve el viento,
Que le llegue a corazones
Solitarios y sangrientos.
Tu voz es vida en las sombras
Es el manto del silencio.


Luna: quiero ser poeta

Yo quiero ser poeta

Con suaves alas volar
Por encima de la mar
Pintar el cielo pastel
Y dormir en el regazo
De la lunita lunera

Luna, quiero ser poeta
Poeta de sal y yedra
Poeta de barro y risa
Saltar los charcos cantando
Sobre mi cara el rocío
Bajo mis pies el olvido

Que yo quiero ser poeta
Correr por la arena tibia
y bañarme en las estrellas
y dormirme en el regazo
de la lunita lunera



Andar...

Andar...
Andar y andar los caminos
Caminos de espuma y piedra
Caminos de luz y niebla
Caminos de sangre y sol
Andar...
Las montañas y los valles
Los desiertos y los mares
Los pies ya solitos van...
Andar...
Y de tanto en tanto vuelvo
la vista al viejo sendero
mano en la frente, humedad,
tristeza, anhelo, esperanza
de llegar a alguna parte...
Llegar...
de tanto en tanto regreso
al lugar en que me encuentro
del que pretendo escapar...
Huir
como cierva en montería
huir de la vil rutina
salir corriendo... gritar...
Volver
Volver de nuevo al presente,
y sentir los pies cansados
mas retomar el camino,
un largo camino andar...








miércoles, 20 de enero de 2010

Bibliografía sobre Eneagrama

-     “La Sabiduría del Eneagrama”, de Don Richard Riso y Russ Hudson - 2000
-   Carácter y neurosis: Una visión integradora”‎, de Claudio Naranjo - 1996
-   “El Eneagrama de la sociedad. Males del mundo, males del alma”, de Claudio Naranjo
-   "La Espiritualidad del Eneagrama”, de Sandra Maitri
-   “Facetas de la Unidad. El Eneagrama de las Ideas Santas”,  de A. H. Almaas.
-   "Fragmentos de una enseñanza desconocida”, de P.D. Ouspensky
-   “El Eneagrama: un camino hacia el autodescubrimiento”, de María Bessing, Robert J. Nogosek, Patrik H. O’Leary – 1998
-  "Eneagrama. Los engaños del carácter y sus antídotos", de Carmen Durán y Antonio Catalán.

El Eneagrama como camino de autodescubrimiento

Hay una parte de cada ser vivo que desea convertirse en sí misma, el renacuajo en rana, la crisálida en mariposa, el ser humano herido en ser humano sano. Esto es la espiritualidad.


ELLEN BASS

  1. Mi camino ¿Por qué el Eneagrama?
Desde muy pequeña, a lo largo de toda mi vida, me he estado preguntando sobre el sentido y el propósito de la existencia, atravesando etapas en las que me sentía profundamente herida a causa de este aparente “sinsentido” que parece ser el estar vivo. Ninguna cosa material, ninguna meta de las que se me ofrecía parecía albergar para mí suficiente recompensa como para saciar mi profunda sed de comprensión sobre el misterio de la vida.
Es por eso que me he pasado la vida indagando, buscando, intentando encontrar una respuesta que pudiera de algún modo acercarme a la verdad.
Hace algunos años ya (unos quince), una amiga, que se encontraba en aquél tiempo haciendo el trabajo de los SAT (Seekers after true) con el psicólogo y psiquiatra chileno Claudio Naranjo, me habló del Eneagrama. El sistema no me era totalmente desconocido, pues ya había recibido anteriormente algunas referencias sobre el mismo, pero hasta entonces nunca había llamado mi atención tanto como para ahondar en él. Aquella vez, escuchándola, me dí cuenta de que podía ser una valiosa herramienta de autoconocimiento y decidí comprarme un libro para averiguar un poco más, y también – dicho sea de paso – para poder entender la “jergonza marciana” (término prestado de Alfonso Colodrón) en la que se comunicaban las personas que entonces componían mi grupo de amistades, que en cierta forma me sacaba un poco de quicio, pues solían hacer observaciones  acerca de los otros, refiriéndose a ellos con frases del tipo “es claramente un Uno” (o un Dos, un Tres o lo que fuera…), que me dejaban tan intrigada como mosqueada, llegando a considerarlos muchas veces como “enterados” o snobs. Sin embargo mi vida de entonces era demasiado azarosa y complicada como para poder encontrar la suficiente calma interior para concentrarme en la lectura y en la introspección. Estaba atravesando momentos muy difíciles, enredada una vez más en una relación de dependencia emocional muy destructiva que me producía un intenso sufrimiento.

Una vez pasada esa etapa, tras varias mudanzas, alguna que otra terapia y altibajos emocionales, comprobé que el libro del Eneagrama aun seguía conmigo. De vez en cuando leía algún fragmento y consultaba en él por si podía encontrar algún alivio a mi dolor existencial, alguna explicación a mi sufrimiento. La amiga que me había hablado de su experiencia con esta herramienta me había identificado a mí en aquel entonces con el tipo Cuatro, encontrando yo misma al leerlo que, en efecto, había muchas coincidencias. Más adelante, en cambio, llegué a comprobar que mi tipo de personalidad no es el Cuatro, sino el Seis. Lo que probablemente sucedió fue que en esa etapa me encontraba en una fase en la que me parecía mucho al Cuatro, lo cual dio lugar a una tipificación errónea.


Hay que entender el Eneagrama como un sistema en movimiento. Todos tenemos aspectos de todos los eneatipos (o tipos), pero siempre habrá uno que tenga más que ver con esa motivación central que dirige nuestras acciones, pensamientos e impulsos. Por eso de que el Eneagrama es dinámico, habrá momentos o etapas en las que nos encontremos más ubicados en un tipo que en otro. (Para entender el flujo de las flechas del Eneagrama habrá que profundizar un poco más en su estudio. Al final de este trabajo aporto bibliografía para quien desee emplear la herramienta en su propio trabajo de autodescubrimiento).
A lo largo del tiempo, me he ido dando cuenta de que el trabajo de sí, como lo llamaba Gurdjieff, es un trabajo muy personal. Es un camino en solitario, lo cual no significa que no se puedan compartir experiencias con otras personas que también persiguen un mayor nivel de consciencia; lo que pretendo decir es que, comenzando por el descubrimiento del propio rasgo o tipo, es uno mismo, y nadie más, quien debe realizar el trabajo.


El libro sobre el cual comencé a estudiar el Eneagrama fue el de Helen Palmer, “El Eneagrama”. Aun lo tengo entre mis libros de cabecera y frecuentemente acudo a él para consultar alguna duda o ampliar algún dato.
Tras esa etapa difícil sobre la cual he escrito someramente, seguí atravesando momentos muy bajos. En uno de ellos, cansada de aguantar el dolor existencial, decidí acudir a un psiquiatra, dispuesta a aceptar tomar medicación, en contra de mis entonces defendidos principios e ideales de sanar los conflictos desde sus raíces más profundas. Ahora sé que, dado el caso, no hay por qué llegar a estados tan agotadores, empeñándose uno en descartar la solución temporal de la medicación, siendo necesaria. No sé si llegaron a transcurrir dos años medicándome - en el transcurso de los cuales hasta llegué a casarme por segunda vez - cuando un buen día decidí que había llegado el momento de abandonarla poco a poco, hasta dejarla por completo. Estaba preparada para buscar la sanación de mi herida desde sus raíces más profundas, y lista de nuevo para el combate.


Considero que el trabajo de sí es el proyecto más ambicioso que un ser humano puede llevar a cabo. En muchas ocasiones se produce desaliento, porque parece como si uno no hubiera avanzado nada a pesar de los esfuerzos invertidos, pero cuando transcurridos los años me detengo y miro hacia atrás, me doy cuenta de que sí ha habido una evolución. Donde parecía que tan sólo giraba en círculo, resultó no ser un círculo cerrado, sino un espiral ascendente, cual ascensión por escalera de caracol.
El camino del aprendizaje dura toda la vida. Somos también materia y estamos aquí en el mundo para aprender a desenvolvernos con la materia, además de para elevar nuestro espíritu. Mientras uno está vivo está aprendiendo y superando obstáculos. Sería algo así como un pájaro que tuviera que aprender a volar con una piedrecita atada a las patas. Siempre se dice que un árbol no puede crecer bien si no tiene sus raíces bien plantadas en el suelo. Así sucede con el ser humano. Si no nos hacemos conscientes de nuestras raíces, llegando a reconciliarnos con nuestro pasado, aceptando plenamente quienes somos, poco podremos llegar a vivir intensamente nuestro presente y a liberar nuestro espíritu.


Volviendo a aquél punto de arranque, no sabiendo por donde comenzar tras ese período de depresión, se me ocurrió buscar en Internet, cosa que hice introduciendo en Google espontánea- e intuitivamente la palabra “Eneagrama”, siendo la primera que acudió a mi mente. Entonces dí con el enlace “Eneagrama 2001”, y así comenzó todo un proceso de trabajo en el que aun estoy inmersa.
Recuerdo que mi primera pregunta al foro fue si alguien podía recomendarme alguna terapia. Creo que donde realmente empecé a encontrar alivio fue en el hecho de comunicarme con personas que de alguna forma pudieran entenderme; personas que hubieran sentido el mismo desgarro vital que yo, alguien que pudiera ofrecerme alguna pista, mostrarme alguna señal por donde continuar mi búsqueda.
Aquél fue el comienzo de una relación intensa y muy enriquecedora con algunos miembros del foro. Devoré casi toda la información que contiene la página, traduje del inglés al español un libro sobre el Eneagrama sufí, acudí a un par de talleres presenciales y leí artículos y libros en relación con el tema. A pesar de eso, he de reconocer que mi conocimiento de esta poderosa herramienta aún está en mantillas, ya que al ser un sistema abierto, continuamente se descubren nuevos aspectos y cosas interesantes sobre él; por otro lado siento que me queda tanto por aprender de mi misma y del ser humano en general, que una vida entera probablemente no sería suficiente.
Entonces ¿qué beneficio he obtenido del Eneagrama? ¿En qué manera ha mejorado en algo mi calidad de vida a través de este trabajo?
En primer lugar, el Eneagrama me ha servido y me sirve como herramienta de autoconocimiento y autocomprensión.
Siempre he sentido una intensa llamada hacia la espiritualidad, y realmente me hallo en mi medio cuando estoy meditando. Puedo pasarme horas practicando meditación budista sentada ante una vela, meditación caminando, realizando ejercicios de yoga, contemplando el aura, puedo maravillarme del esplendor de la creación, quedarme atónita ante un cielo al atardecer o ante el vuelo de un pájaro, percibir todo tipo de sensaciones sutiles, zambullirme en un mundo onírico alucinante y flotar en un universo etéreo de misterio en el que me siento como pez en el agua, pero sin embargo no me siento realizada en la función que desempeño en mi día a día, se me plantean conflictos en mis relaciones que me cuesta mucho resolver, mi propia indecisión y mis miedos me hacen sufrir y en ocasiones no me soporto a mí misma.
Considero y sé por  mi propia experiencia que un trabajo espiritual no surte efecto si no hay un trabajo sobre la personalidad, es decir, un trabajo psíquico.
Lo primero, como bien nos explicaba José María Doria en uno de los temas tratados en el curso, consiste en sanar nuestro ego, en conocernos a nosotros mismos – tal como dictaba la frase escrita en la puerta del templo de Apolo en Delfos “Conócete a ti mismo”. Sin ese “trabajo de sí” poco podemos avanzar en nuestra evolución personal.
Lo que nos ofrece el Eneagrama es un método para desvelar las trampas de nuestra personalidad, descubrir cuál es nuestra motivación más profunda para actuar como actuamos, es decir, qué pasión nos está guiando, y cómo se establecen ciertas pautas mentales que nos llevan a dar vueltas en un círculo vicioso, induciéndonos a comportamientos compulsivos, a reacciones instintivas.
Se trata de poder lograr la mejor versión de uno mismo, de integrar nuestra sombra, de iluminar la oscuridad, de forma que podamos brillar en todo nuestro esplendor con la virtud con la cual hemos sido bendecidos, ya que no somos, ni más ni menos, que aspectos de la divinidad, “facetas de la Unidad”, como es  expresado por A.H. Almaas en su libro sobre en Eneagrama “Facetas de la Unidad – El Eneagrama de las Ideas Santas:


“El Eneagrama constituye una estructura que facilita la revelación de la verdad sobre el Ser y sobre los seres humanos como parte de este Ser”.
...


“Escuchad a la caña cómo su historia relata
Y de su separación se queja:
Desde que me alejaron del cañaveral,
Mi lamento ha hecho gemir a hombres y mujeres.
Un corazón desgarrado por la separación quiero
Para explicarle el dolor del deseo de amor.
Quien está alejado de su origen
Desea que vuelva el tiempo cuando
a él estaba unido».
J. Rumi (Siglo XIII), cumbre de la poesía mística.

El Eneagrama potencia la autoobservación y nos ayuda a hacernos responsables de nuestros propios actos. A través del estudio y comprensión de nuestro propio tipo, vamos dándonos cuenta de las trampas de nuestro ego, cazándonos cada vez más frecuentemente en lo que antes eran comportamientos compulsivos, automáticos. Esto nos conciencia para responsabilizarnos de nuestra vida y nuestros actos, pues sabemos que el conflicto no puede ser resuelto desde afuera, sino desde nuestro interior, desde nuestra propia comprensión de las pautas de conducta.


También nos ayuda a entender mejor a los demás, pues nos damos cuenta de que cada tipo del Eneagrama experimenta la vida de manera diferente. Así pues ya no caemos en el error de pretender que el otro vea las cosas de la misma manera que yo las veo (¡cuántas veces nos empeñamos en que los demás nos den la razón, nos entiendan, nos aprueben, hagan las cosas como a nosotros nos gustan!, preguntándonos incrédulos ¿por qué no me entiende, Dios mío?, sin darnos cuenta de que la perspectiva del otro es totalmente diferente a la nuestra).


Esta poderosa herramienta del Eneagrama se basa en tres componentes que construyen aquello que podemos llamar nuestra estructura de personalidad:

-         Un aspecto mental o sistema de creencias rígido, llamado fijación.
-         Un aspecto emocional o el fuego que alimenta la motivación, llamado pasión.
-         Y una compulsión a repetir patrones, actos o acciones que en su momento nos fueron muy útiles por cuestión de supervivencia, pero que ahora han perdido vigencia y por lo tanto utilidad.

El Eneagrama nos explica nueve formas diferentes de experimentar la vida, nueve estilos básicos o puntos de fijación del ego. Algunos autores se refieren a los tipos (se utilizan distintos términos equivalentes a eneatipos: tipos, rasgos, ego-tipos, enea-estilos…) equiparándolos a los tipos de personalidad, mientras que otros, como Susan Rhodes, nos explican que, mientras que la personalidad se adquiere durante la infancia, el eneatipo es innato, con lo cual sería algo así como el temperamento con el cual se nace.
Alfonso Colodrón, escritor y terapeuta gestáltico, en un artículo titulado “Por un Eneagrama abierto y heterodoxo”, publicado en la revista Sintoniza Aeneagrama, del pasado mes de enero 2010, explica que a la hora de estudiar el Eneagrama, debemos tener presente lo siguiente, entre otros aspectos (lo siguiente es una trascripción textual de su artículo): 

-         Ningún mapa es su territorio. Ningún mapa es el mejor ni el único para llegar a un lugar El Eneagrama es un mapa de una enorme riqueza, pero es un mapa abierto,  y como tal, abierto siempre a nuevas ampliaciones, correcciones, perspectivas, aportaciones y horizontes.


-         Desde una perspectiva transpersonal y espiritual, Tú no eres “eso” –con minúscula- es decir no eres realmente ningún eneatipo, porque no eres tu carácter ni tu personalidad. Eres ESO, con mayúscula, la esencia, el Ser que todos somos. El Cristal. Ese único Sabor. Esa única Vibración. Esa única Luz.
-         Si descendemos a las caras o colores del cristal con que nos identificamos, propongo hablar siempre de tener visión del mundo y comportamientos de tipo 1, tipo 2, tipo 3, etc., pero nunca de ser un UNO, un DOS, un TRES….
-         Hacer hincapié en la transculturalidad. ¿Cómo podría identificarse de igual modo a alguien de visión y comportamiento E5, por ejemplo, si es italiano o japonés, brasileño o noruego?
-         Para conocerse y conocer a los demás, introducir otros mapas como el diseño humano (manifestador, generador, proyector y reflector) o por ejemplo, los elementos chinos: tierra, agua, fuego, metal y madera. Conozco parejas metal-madera con permanentes conflictos con independencia de su eneatipo: el metal siempre corta a la madera, critica, aborta los proyectos, descalifica… También todos los elementos sistémicos y las posiciones ocupadas en la familia de origen (orden de jerarquía en el caso de varios hermanos, posición inconsciente ocupando la posición de algún antepasado, etc.).

(Para más información sobre el uso del Eneagrama, propongo consultar sobre los valores de la “Internacional Enneagram Assotiation” (IEA) http://www.aEneagrama.es/index.php?option=com_content&task=view&id=72&Itemid=26 )

Numerosos autores estudiosos y expertos en Eneagrama han escrito extensamente sobre cada uno de los tipos de personalidad. Existe pues una gran cantidad de artículos, páginas Web, y todo tipo de literatura sobre el Eneagrama, a disposición de la persona que esté interesada en indagar más sobre el tema. 
Me gustaría resaltar una vez más la importancia de que sea uno mismo quien descubra su propio tipo. Algunas personas, cuando comienzan a estudiar el Eneagrama, se lanzan a ir por ahí tipificando alegremente y sin ton ni son a cada persona que se cruza en su camino. Esta actitud no es nada aconsejable, puesto que puede inducir a un error y causar confusión en la persona tipificada. 
En primer lugar, la correcta tipificación no es fácil. Hemos de tener en cuenta que además de los nueve tipos de personalidad que describe el Eneagrama, existe la influencia de las alas (los dos tipos situados a ambos lados del nuestro), los subtipos instintivos (sexual, social y conservación) - que a veces son más evidentes que el mismo eneatipo - y otras sobre las que no entraremos ahora en detalle.
Por ende, hay que tener en cuenta que para cada tipo de personalidad, existen diferentes niveles. Don Richard Riso describe detalladamente nueve niveles o estadios para cada personalidad: tres sanos, tres promedios y tres malsanos para cada tipo.  

“El Eneagrama es complejo -y la naturaleza humana lo es aún más. La gente es extraordinariamente variada y siempre cambiante... Nadie manifiesta todos los rasgos de su tipo"... "Es innegablemente fácil identificar mal a la gente (y a sí mismo – agrego), y hay buenas razones por las cuales se pueden confundir los aspectos de virtualmente todos los tipos".
Don Richard Riso “Comprendiendo el Eneagrama”.

Con esto sólo pretendo recomendar cautela a la hora de tipificar a los demás, y si alguien nos pide que le indiquemos cuál es su eneatipo, la respuesta correcta debería ser “ese es un trabajo que debes realizar por ti mismo”.

Tal como apunta Fernando Uribe Saavedra, escritor y terapeuta humanista, especialista en Eneagrama “lo importante es darse cuenta de manera atenta, objetiva, inintencionada y sin justificaciones infantiles, de qué rayos pienso, digo o hago para auto-apartarme de mi esencia, y no qué número le puedo poner encima a eso, o a qué parte de los desarrollos del Eneagrama corresponde. Quienes pretenden encasillar a la gente o encasillarse ellos no saben nada de nada, ni siquiera de Eneagrama, porque la sabiduría del Eneagrama jamás ha ido en contravía del principio de individualidad: no hay dos personalidades iguales sobre la tierra. Y por eso, repetimos también que el mejor libro de Eneagrama es el que uno escribiera sobre uno mismo.”.