Asomada al balcón de la incertidumbre lo vi pasar,
Iba bien erguido, con una pancarta
Reivindicando su derecho a vivir
Así iba él, con su cabeza alta
Y su chaqueta gris.
Al doblar una esquina se agachó
a mirar qué era aquello con esa extraña forma.
Era un pájaro muerto.
Arrojó la pancarta a un contenedor,
Allí se quedó, plantado mirando al horizonte
Yo no sé cuánto tiempo…
no sé qué sucedió,
ni como llegué a posarme en su hombro.
1 comentario:
Este está algo fuera de la onda de mi blog. La verdad es que últimamente me están saliendo algunos poemas cargados de tonos oscuros... Quisiera concederme y concederos un bonito regalo, un regalo que alegre el corazón.
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