domingo, 21 de diciembre de 2014

Pensamientos en el solsticio de invierno



Hoy es 21 de diciembre de 2014, el día de entrada en el solsticio de invierno. Hoy es también el día del ritual llamado “Espíritu de la Navidad”, que consiste en escribir una lista de deseos para el nuevo año; buenos deseos para el cosmos, para el planeta, para todos los seres que lo habitan, para los seres humanos en particular, para los amigos, la familia, la pareja, para uno mismo… Mi corazón está lleno de buenos deseos para todo y para todos. ¿Váis a hacer una meditación especial hoy? ¿Formuláis vosotros también vuestros deseos?...

Es tiempo de despedirse de lo viejo para dejar espacio a lo nuevo; de examinar los deseos que formulamos el año pasado y valorar cuáles de ellos ya forman parte de nuestra vida y cuáles otros se han quedado sin cumplir, esperando el momento adecuado, si es que alguna vez ha de llegar.
Deseos de bienestar, de vivir con más calma, disfrutando más del momento presente, en vez de este estar siempre con el alma en vilo por no saber si podremos llegar a fin de mes, si podremos seguir financiando los estudios de nuestros hijos … Con tantas restricciones (a pesar de que el Universo es abundancia), contando siempre el céntimo y planteándonos en ocasiones, si todo este esfuerzo realmente merece la pena en el fondo, si de esta manera serán efectivamente más felices sus vidas; continuando cada día con la esperanza de que ellos, los más jóvenes, puedan salir adelante, abrirse camino, encontrar lugar en este “tinglado” tan complicado que hemos montado y vivir “mejor” de lo que nosotros lo hacemos.

Escribo estas líneas y escucho en “off” comentarios que a mi parecer harían algunos de mis compañeros terapeutas, como que uno mismo es quien conforma su propia vida, que es responsabilidad de uno mismo el vivir consecuentemente con lo que siente, con lo que su corazón anhela, que uno debiera seguir “el camino del corazón” y que seguir ese camino hace feliz… ¿Dejar atrás entonces lo que oprime, lo que pesa y angustia? ¿Cambiar de vida y perseguir los sueños? ... Dirían que la vida es bella, que la vida es abundancia, que si algo me oprime es porque no estoy mirando bien … ¿Qué es realmente lo que te oprime?... escucho...

Y surgen más y más preguntas desde esta mente preguntona e incansable...¿Abandonar la partida y marchar por otro camino?... Sí, a veces mi corazón late fuerte cuando soplan nuevos vientos y a mis oídos llegan cantos de sirena que prometen una vida más feliz, pero si abandono (!no tienes ovarios! - dice otra voz provocadora)...¿no sería eso un “Hakuna Matata”, una ilusión, un oasis, un exilio, una huida, un sueño del que antes o después habría que despertar para enfrentarse a una cruda realidad?... ¿Desmontar todo el tinglado?... ¿Y qué pasaría entonces con los que dependen de uno…? ¿O eso también es ilusión? ...¿Se les deja en la estacada para que despierten y se recompongan como puedan después del tortazo, con el pretexto de que "todo es ilusión"?... ¿Deja uno simplemente que la torre de marfil se desmorone y que Dios provea?...  

Puede que la respuesta fuera que sí, si el esfuerzo supone un desgaste demasiado grande para uno; si el precio a pagar es demasiado alto. Y esa voz en off dice: “Si lo sientes, házlo; Si no, acepta lo que hay con amor y continúa trabajando en ti. La fruta caerá del árbol cuando esté madura; no seas impaciente” (bonitas palabras las de mis amigos terapeutas, pero ¿acaso no producen a veces más frustración aun, por dejarle a uno la sensación de que ya ni siquiera puede desahogarse, porque enseguida te cae encima un “santón” iluminado con recetas para una vida feliz, haciéndote sentir que eres un “pringao” que no se queda con la copla? ¿Y lo de que el Universo es abundancia y uno pasa necesidades porque se lo monta de "puta pena"??...Es como escuchar: "eres torpin /torpina y además no has crecido. Cuando madures comprenderás que hay otra manera de vivir y que si pasas necesidades o agobios es porque "quieres" o porque no sabes o porque hay un "defecto" en ti, o porque estás "dormido/a", a pesar de la cantidad de pasta que hayas podido gastarte en tu vida en terapias, libros de desarrollo transpersonal, cursillos, talleres, másteres y formaciones. Acepta, amiga, no ha llegado tu momento de despertar").

A modo de desahogo – y no de queja – diré que por supuesto que no me gusta trabajar bajo presión, tener que contar el céntimo para llegar a fin de mes y no poder comprar nada de nada en Navidad; Aunque se me ocurre que podría regalar algo hecho con mis manos... y no es mala idea.

Es verdad que muchas veces también me siento muy agradecida por todo lo que tengo, por lo que cada día recibo: techo, comida, personas a las que aprecio… Porque sé que vivo en un lugar más o menos seguro (por lo menos los talibanes no están al acecho, y eso ya es un consuelo). Sé que muchas personas viven una situación muchísimo peor que la mía, con muchas más restricciones y penalidades, pero eso no hace que cuando el zapato me aprieta, me deje de apretar. Además, hay que estar continuamente haciendo un ejercicio de control y pacificación mental, cuando estamos siendo testigos de tantos robos (y ya sabéis a lo que me refiero) mientras los ciudadanos experimentamos cada vez más carencias.

Pues bien, decido darme permiso para sentir lo que siento, y dentro de ese sentir hay de todo: momentos de tristeza, de alegría, de desesperanza, de esperanza, de rabia, de cansancio, de rebeldía, de ganas de dejarlo todo… Porque todo eso corresponde a la condición del ser humano, y por lo tanto no puedo dejar de experimentar tantas emociones y sentimientos contradictorios dentro de este mundo de dualidad en el que nos hallamos inmersos.

Quisiera pedir – que por pedir no quede -  a este año que va a entrar, amarme más a mi misma y vivir la vida con más alegría, dándome lo que necesito. Sí, quiero respetar mis necesidades y quiero también amar y recibir amor; darme permiso para ser amada, para ser tal como soy, sin exigirme tanto, sin infravalorarme, sin castigarme…

No sé qué más puedo pedir, si no eso… Porque si consigo abrir mi corazón y amarme, creo que lo demás se dará por añadidura.

He querido compartir estos pensamientos (no dejan de ser sólo eso - y eso no soy yo) con vosotros.

1 comentario:

Unknown dijo...

Qué hermosa reflexión ! Gracias por compartirla, Elena. Un fuerte abrazo